Éfeso



Éfeso, en el Asia Menor

Los carios fueron los primeros en poblar estas tierras en el segundo milenio a.C. pero la primera ciudad no fue fundada hasta el siglo XI a.C. de la mano de los jonios. Con la invasión persa del siglo VI a.C., Éfeso se rindió al dominio de la dinastía Aqueménida. A pesar de los intentos de sublevación, este dominio continuaría hasta la llegada de Alejandro Magno en 334 aC.

Con la muerte del gran conquistador, Éfeso pasó a manos del general Lisímaco. Poco después la ciudad fue trasladada al valle situado entre los montes de Coressos (actual Bülbül) y Pión (el actual Panayır).


La Biblioteca de Celso, en Éfeso

La época dorada de la ciudad llegaría con los romanos. Éfeso se convirtió en uno de los grandes centros culturales y económicos del Antiguo Occidente.

Fue la época de construcción de algunas de sus más gloriosas edificaciones, como el Templo de Artemisa, considerado una de las siete maravillas del mundo.






Tumba de San Juan Evangelista, en Éfeso
 La gloria de Éfeso no sólo no disminuyó con la época cristiana, sino que aumentó. A Éfeso acudió San Pablo en varias ocasiones para conseguir combatir el culto a la diosa Artemisa. Es mencionada como una de las Siete Iglesias del Apocalipsis. San Juan Evangelista eligió esta ciudad para escribir su Evangelio, mientras que, como había prometido a Jesús, cuidaba de la Virgen María quien vivió aquí hasta su muerte.

La decadencia de Éfeso llegó con los godos a principios del siglo III d.C., tras sufrir un tremendo saqueo. En 381, por orden del Emperador Teodosio, el templo fue clausurado, y en los siglos siguientes fue coloca completamente abandonado, sirviendo como una cantera para materiales de construcción.

Del siglo VI en adelante la Iglesia de San Juan fue un lugar importante de peregrinación, y Justiniano tomó las medidas para protegerla la colina entera donde estaba construida rodeándola por muros de defensa. Poco tiempo después, la Iglesia de la Virgen y otros lugares del culto fueron saqueadas y destruidas por incursiones árabes. En el siglo VII la ciudad fue trasladada al sitio ahora ocupado por la ciudad de Selçuk y durante la era Bizantina Éfeso creció alrededor del Monte Ayasuluk. La ciudad gozó sus últimos años de prosperidad bajo el Emirato de Selçuk. Durante a Edad Media la ciudad dejó de funcionar como puerto.

Hacia el siglo XX el fango llevado aguas abajo por el Meandro había extendido la llanura por una distancia de 5 Km.

Está considerado una de las zonas arqueológicas más grandes del mundo, dada la gran cantidad de obras antiguas exhibidas en su lugar original. Todavía puede apreciarse fácilmente la célebre urbanización de uno de los grandes arquitectos de la historia, Hipódamos.

Sitios de interés: Puerta de Magnesia, Termas de Vario, Ágora del Estado, Odeón, Pritaneo, La Vía de los Curetos, Plaza de Domiciano, Monumento a Gayo Memmio, Casas de la Ladera, Baños de Escolastiquia, Templo de Adriano, Biblioteca de Celso, Ágora Inferior, Antiguo Teatro, Vía de Arcadio, Iglesia de la Virgen María, Templo de Artemisa.

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