Palestina en tiempos de Jesús: gobierno

Tras la muerte del rey Herodes I el Grande en el año 4 a.C., su testamento debía ser confirmado por el Emperador en Roma. Augusto intervino directamente como su albacea confirmando el reparto territorial del reino de Palestina entre sus hijos: Arquelao como etnarca de Judea y Samaria (4 a.C.-6 d.C.); Herodes Antipas como tetrarca de Galilea y Perea (4 a.C.-39 d.C.), y Herodes Filipo como tetrarca de Iturea y Galaunítida (4 a.C.-34 d.C.).

Asimismo, también se presentaron ante el emperador los principales dignatarios de los judíos, quienes se expresaron en contra de Arquelao, porque no querían que fuese nombrado rey y además porque planteaban la disolución de la Monarquía Herodiana.

A partir del año 4 a.C., Roma intervenía nuevamente en Palestina, confirmando uno de los tantos repartos de territoriales establecidos en los testamentos de Herodes I el Grande. En la práctica dividió el territorio palestino en tres jurisdicciones político-administrativas que dependían de un tetrarca nombrado por ella, y seguía manteniendo el Régimen del Protectorado. Estos nuevos representantes del poder romano debían conformar su política interior y exterior de acuerdo con los intereses de Roma, recaudar los tributos y mantener la paz y el orden dentro de toda su tetrarquía.



Cuando Arquelao se hizo cargo del gobierno de Judea y Samaría, tuvo que hacer frente a una serie de problemas político-administrativos dentro de su etnarquía, lo que perturbó la tranquilidad de la misma. Estos conflictos demostraron el fracaso de Arquelao para gobernar sus territorios. El pueblo envió una nueva embajada a Augusto en Roma para acusarlo de tirano. Augusto decidió entonces que Arquelao se presentase en la ciudad, y una vez en Roma, después de oír su causa ante los que lo acusaban, lo envió desterrado a Viena y confiscó sus bienes.
Esta medida tomada por Augusto fue de enorme importancia, ya que Judea y Samaria fueron anexadas a la provincia imperial de Siria, convirtiéndose en parte integrante del Imperio Romano, y pasaron a ser gobernadas directamente por un Procurador romano.

El Procurador romano de Judea tenía el supremo poder militar, aunque dependía del Legado romano de Siria. Fue también el agente de finanzas del emperador romano, recogía la totalidad de los impuestos que los judíos tenían que pagar al fisco imperial romano. Bajo sus órdenes estaban los recaudadores de impuestos, respaldados por sus soldados.
La justicia ordinaria la ejercía el Sanedrín, pero el Procurador romano se reservaba la ejecución de la pena de muerte.

El Procurador residía en Cesarea, pero en las fiestas acudía a Jerusalén y vivía en la ciudadela militar llamada Torre Antonia, edificada en el ángulo nordeste del Templo, donde habitualmente residía la guarnición romana de Jerusalén (una cohorte). Era un sitio estratégico desde donde era fácil controlar a la multitud que acudía al Templo.
Desde los años 6 al 41 d.C. el Procurador romano nombró en ocho ocasiones al Sumo Sacerdote.

Poncio Pilatos fue Procurador romano desde el 26 al 35. Agripa I describió a Pilatos como inflexible, de carácter arbitrario y despiadado, y le acusó de venalidad, robos, ultrajes, amenazas, de acumular ejecuciones sin previo juicio, de crueldad salvaje e incesante . Procurador frío y hostil a los judíos, poco comprensivo con sus tradiciones religiosas, provocó una resistencia no violenta cuando con engaño introdujo en Jerusalén, ciudad sagrada de los judíos, estandartes con la imagen del emperador. Exigió a los judíos que le entregaran dinero del tesoro del Templo para construir un acueducto que resolviera el problema del agua en Jerusalén. Los judíos se alzaron, pero Pilato, con ayuda de sus soldados, disfrazados y mezclados con la multitud, pudo reprimir el motín y ultimar la obra.
En el año 35 después de Cristo mató a unos samaritanos reunidos en el monte Garizín; ante las quejas de judíos y samaritanos el Legado de Siria, Vitelio, lo envíó en el año 36 a Roma para que de cuenta de sus abusos ante el emperador. Posiblemente muriera en el año 37 suicidándose.

El Sanedrín era una asamblea o consejo de sabios estructurado en 23 jueces en cada ciudad judía. El Gran Sanedrín, a su vez, era la asamblea o corte suprema de 71 miembros del pueblo de Israel.
Funcionaba como un cuerpo judicial, cuya jurisdicción no se limitaba solamente a asuntos religiosos, sino que también al ámbito civil.

El Sanedrín funcionó durante la época de la dominación romana en Israel, desde la etapa final del Segundo Templo de Jerusalén y hasta el siglo V. Estaba dirigida por un sumo sacerdote.
Como gobierno religioso tenía su cargo: fijar la doctrina religiosa judía, establecer el calendario de fiestas y regular la vida religiosa del país.
Como gobierno político estaba a cargo de: elaborar y aprobar leyes, verificar el cumplimiento del marco legal, juzgar los delitos.

Estos poderes estaban limitados por las autoridades romanas. Así, si el Sanedrín condenaba a muerte a una persona, no podía aplicarse la sentencia sin la autorización del gobernador o procurador romano.

El partido fariseo del Sanedrín estaba compuesto íntegramente por escribas. En él cada vez tenían más poder, entre otras cosas porque el Sanedrín era la única Corte de Justicia o Tribunal Supremo para todos los judíos.

El conocimiento del Antiguo Testamento (la exégesis de la Escritura) era decisivo en las sentencias judiciales, y ese conocimiento era exclusivo de los escribas fariseos del Sanedrín: los escritos del Antiguo Testamento estaban redactados en la "lengua sagrada", el hebreo, y ésta lengua sólo era conocida por los escribas; el arameo era la lengua del pueblo, aun en el siglo primero, los jefes de los escribas lucharon para que el Antiguo Testamento no se divulgase en arameo. Eran los únicos que conocían la "tradición oral" que sólo se trasmitía, de palabra del maestro al discípulo. Eran los dueños de la tradición "esotérica", es decir de los secretos más ocultos sobre doctrinas, leyes, fórmulas mágicas religiosas. Todo esto les daba un gran prestigio ante el pueblo.

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