Las Iglesias Cristianas. 1- La Pentarquía

En los primeros años de la historia cristiana se trataba como 'padre' a todos los obispos, pero, poco a poco, fue reservándose el título de patriarca para los metropolitanos de algunas diócesis, todas ellas fundadas por uno de los apóstoles, que tenían una relevancia especial en el gobierno de la Iglesia universal. Esta denominación específica aparece en los escritos de los Padres de la Iglesia, y ya está plenamente aceptada y establecida en el Concilio de Nicea I (325), donde el tratamiento y dignidad patriarcales se reserva sólo para cuatro obispos metropolitanos. Por orden de importancia, los patriarcados originales eran:

El Patriarcado de Occidente, Papa y obispo de Roma. Este obispado fue fundado por San Pedro.
El Patriarcado de Constantinopla. Este obispado fue fundado por San Andrés.
El Patriarcado de Alejandría. Este obispado fue fundado por San Marcos.
El Patriarcado de Antioquía. Este obispado fue fundado por San Pedro y San Pablo.

Imperio Mogol de la India


Bandera del Imperio Mogol de la India
El Imperio Mogol de la India recibió tal nombre porque sus soberanos pertenecían por la línea materna de su fundador Babur (Zahir al-din Mohammad Babur) a la dinastía timurida, es decir, a descendientes del kan mogol Tamerlán (o Timur Lang). Fue un poderoso estado islámico que existió entre los siglos XVI y XIX, abarcando en su período de apogeo la mayor parte de los territorios actualmente correspondientes a la India, Pakistán y Bangladesh, llegando a poseer zonas del Afganistán, Nepal, Buthán y este del Irán.

El origen del Imperio Mogol de la India deriva de un momento en el cual el poder timúrida parecía a punto de desaparecer: En efecto, los uzbecos en 1507 prácticamente aniquilaron a los mogoles timuríes en el área que había sido el centro de su poderío: la Transoxiana y el Jurasán. Perseguidas las tropas mongolas éstas se retiraron al sur de la cordillera del Hindū Kūsh, desde esta zona en el centro del actual Afganistán uno de los descendientes de Tamerlán, llamado Zahir al-Din Muhammad más conocido como Babur o Baber decidió aprovechar las discordias existentes en el Subcontinente Indio para invadirlo.

Tamerlán


Estatua de Tamerlán
en Uzbekistán

 Tamerlán fue uno de los más grandes conquistadores mongoles. Sus dominios abarcaron ocho millones de kilómetros cuadrados en un tiempo cubierto por la guerra y la destrucción, pero también por un magnífico esplendor cultural y comercial, auspiciado por el mecenazgo de este célebre gobernante asiático.

Tamerlán o Timur –cuyo nombre original significa hierro– nació el 10 de abril de 1336 en Kesh, un lugar próximo a Samarkanda enclavado en el antiguo kanato de Chagatai (actual Uzbekistán). Pertenecía al clan de los Barlas, un linaje de etnia mongola, aunque de cultura islámica, muy arraigado desde tiempos ancestrales en aquella geografía.

La división del kanato de Chagatai en dos kanatos diferenciados (Tranxosiana y Mogolistán) favoreció el ascenso social de Timur, ya que se casó con la hija menor del jefe que quedó al frente del kanato de Transoxiana. Con 26 años, Timur, al que apodaban Lank (el Cojo) por una discapacidad sufrida en una de sus piernas durante la infancia, ya se había hecho con el mando de la situación en el territorio del que se enseñoreaba y declaró la guerra a sus hostiles vecinos.

El Reino de Chipre


Escudo de Armas
del Reino de Chipre


El Reino de Chipre fue un reino católico de los cruzados situado en la isla de Chipre al final de la Edad Media, entre 1192 y 1489. Su gobierno estuvo dominado por la Casa francesa de Lusignan.

La isla fue conquistada en 1191 por Isaac Comneno, un gobernador local que se autoproclamó Emperador y reclamó el Imperio de Constantinopla. Luego la obtuvo el Rey Ricardo I de Inglaterra durante la Tercera Cruzada. Luego Ricardo la vendió a los Caballeros Templarios, que a su vez la vendieron en 1192 al Rey Consorte de Jerusalén, Guido de Lusignan, que, tras el fracaso de la cruzada de Ricardo, podía ser desposeído de la corona por su esposa. Su hermano y sucesor, Amalarico I de Chipre, recibió el título y la corona de manos de Enrique VI del Sacro Imperio Romano Germánico.

El Imperio de Trebisonda


Bandera del Imperio de Trebisonda
 El Imperio de Trebisonda fue un Estado cristiano medieval de cultura griega, surgido de la descomposición del Imperio Bizantino y fundado en 1204, poco antes de la toma de Constantinopla por los cruzados. Estaba localizado en la costa sudoriental del Mar Negro, con su capital en la ciudad de Trebisonda, y se mantuvo como estado independiente hasta 1461, en que fue conquistado por los turcos otomanos.

Los monarcas de Trebisonda llevaron el título de Gran Comneno (Megas Komnenos) y de Emperadores hasta el fin de su estado, en 1461. El estado se denomina también, en ocasiones, Imperio Comneno, ya que la dinastía reinante descendía de Alejo I Comneno, el idioma oficial y predominante: el griego póntico.

El Reino Armenio de Cilicia


Escudo del Reino Armenio de Cilicia

El Reino Armenio de Cilicia (también conocido como Armenia Menor o Pequeña Armenia) fue un reino formado en la Edad Media por refugiados armenios que huyeron de la invasión selyúcida de Armenia. Se encontraba en lo que actualmente es Turquía sudoriental, en la región de Cilicia. El país fue independiente de 1078 a 1375 aproximadamente.

  El Reino de Cilicia fue fundado por la dinastía de los Rupénidas, que era una rama menor de la gran familia de los Bagrátidas, la cual ocupó los tronos de Armenia y de Georgia en distintos momentos. Su capital fue Sis. El Reino Armenio de Cilicia fue un importante y poderoso aliado de los cruzados europeos, y se consideraba a sí mismo como el bastión de la Cristiandad en oriente. Actuó también como foco de la cultura y nacionalismo armenios, pues Armenia (la Armenia Mayor o Gran Armenia, al pie del Cáucaso) estaba ocupada por los turcos en aquella época.

Los turcos selyúcidas y el Sultanato de Rüm

Los turcos selyúcidas son considerados como los antepasados directos de los turcos sudoccidentales, los habitantes actuales de Turquía, Azerbaiyán, y Turkmenistán. Los selyúcidas desempeñaron un papel principal en la historia medieval creando una barrera a Europa contra los invasores mongoles del este, defendiendo el mundo islámico contra los cruzados de Europa y conquistando grandes extensiones del Imperio Bizantino, que prácticamente desmantelaron, siendo sus sucesores, los turcos osmanlíes, los que asestaron el golpe de gracia.
Eran en origen un clan de la tribu turca oghuz de los Kınık, asentada al norte del Mar de Aral. En el siglo X se convirtieron al islam y migraron hacia el sur dirigidos por un jefe llamado Selyuq ibn Duqaq o Selchuk, del que procede el nombre de la dinastía. Selyuq se instaló en el curso inferior del Sir-Daria, desde donde hicieron incursiones al Irán oriental. A la muerte de Selyuq, su hijo Isrâîl prosiguió el avance al sur, chocando con el gran sultán Mahmûd, de la dinastía de los gaznavíes, el cual contuvo el avance selyúcida derrotando y haciendo prisionero a Isrâîl. Igualmente, Mahmûd los contuvo, pero no los aniquiló, y a su muerte (1030), aprovechando la crisis sucesoria de los gaznavíes, los nómadas selyúcidas retomaron su avance con más fuerza.

Los Grandes Maestres del Temple

Los Caballeros Templarios o La Orden del Temple fue una orden medieval de carácter religioso y militar cargada de tintes legendarios, nacida después de la primera cruzada. Fue fundada en Jerusalén, en 1118 por nueve caballeros franceses, con Hugo de Payens a la cabeza.

Los Nueve Fundadores: Hugo de Payens, Godofredo de Saint-Omer, Godofredo de Bisol, Payen de Montdidier, André de Montbard, Arcimbaldo de Saint-Amand, Hugo Rigaud y Gondemaro Rolando

Desde la creación de la Orden hasta su disolución en 1307, fueron Grandes Maestres del Temple:

La Octava Cruzada

Entre los años 1265 y 1268, los egipcios mamelucos conquistaron una serie de territorios cristianos en el litoral de Palestina y del Líbano, como Haifa o Antioquía, además de Galilea y de Armenia. El Oriente Medio vivía una época de anarquía entre las órdenes religiosas que deberían defenderlo, así como entre comerciantes genoveses y venecianos. El rey de Francia Luis IX (San Luis), retomó entonces el espíritu de las cruzadas y lanzó una nueva iniciativa armada, la Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la misma ciudad norteafricana.

La Séptima Cruzada

La Séptima Cruzada fue liderada por Luis IX de Francia entre 1248 y 1254. En 1244 los musulmanes retomaron Jerusalén tras la tregua de diez años que siguió a la Sexta Cruzada. Este hecho no supuso el gran impacto que en ocasiones anteriores, debido a que Occidente ya había visto como Jerusalén cambiaba de manos en diversas ocasiones.

La Sexta Cruzada

La Sexta Cruzada comenzó en 1228, tan sólo siete años después del fracaso de la Quinta Cruzada, y fue un nuevo intento de recuperar Jerusalén.

El emperador Federico II había intervenido en la Quinta Cruzada, enviando tropas alemanas, pero sin llegar a liderarlas personalmente, pues necesitaba consolidar su posición en Alemania e Italia antes de embarcarse en una aventura como la Cruzada. No obstante, prometió tomar la cruz después de su coronación como emperador en 1220 por el Papa Honorio III.

La Quinta Cruzada


Andrés II de Hungría

La Quinta Cruzada, entre 1217 y 1221 d.C., fue un intento de retomar Jerusalén y el resto de Tierra Santa derrotando en primer lugar al poderoso estado Ayubí de Egipto. Los ejércitos cruzados estaban compuestos por las enormes fuerzas militares del rey Andrés II de Hungría y por los batallones del príncipe austríaco Leopoldo IV de Austria.

A consecuencia de varias guerras entre el Reino de Hungría y el Imperio Bizantino, el trato final de paz establecido incluyó que el joven principe Béla, el hermano menor del rey Esteban III de Hungría se criase en al corte del emperador Manuel I Comneno. Educado en Bizancio, el jóven príncipe regresó a Hungría tras la muerte de su hermano mayor para ocupar el trono como Béla III de Hungría en el 1173.

La Cuarta Cruzada

La Cuarta Cruzada, entre 1202 y 1204 d.C, fue organizada para reconquistar Tierra Santa, pero varió su rumbo terminando con la conquista y el saqueo de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino.

La Tercera Cruzada no había logrado recuperar Jerusalén, que continuaba bajo dominio musulmán. El tratado que Ricardo “Corazón de León” y Saladino habían firmado en 1192 dejaba en poder de los cristianos sólo una estrecha franja costera desde Tiro hasta Jaffa, aunque aseguraba la seguridad de los peregrinos cristianos que viajasen a Jerusalén.

El Papa Inocencio III, deseoso de establecer la autoridad de la Santa Sede en todo el orbe cristiano, tenía un gran interés por los asuntos de los estados cristianos de Oriente.

La Tercera Cruzada

La Tercera Cruzada fue un intento europeo de recuperar Tierra Santa del poder de Saladino. Se llevó a cabo entre 1189 y 1192 d.C. Es conocida también como la Cruzada de los Reyes.

Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, Nur ad-Din se hizo con el control de Damasco y unificó Siria. Con la finalidad de extender su poder, Nur ad-Din puso los ojos en la dinastía fatimí de Egipto. En 1163, su general de más confianza, Shirkuh, emprendió una expedición militar hacia el Nilo. Acompañaba al general su joven sobrino, Saladino.
Cuando las tropas de Shirkuh acamparon frente a El Cairo, el sultán de Egipto, Shawar pidió ayuda al rey Amalarico I de Jerusalén. En respuesta, Amalarico envió un ejército a Egipto y atacó las tropas de Shirkuh en Bilbeis, en 1164.

La Segunda Cruzada

La Segunda Cruzada fue la segunda gran campaña militar de una serie de campañas denominadas en su conjunto como Las Cruzadas y que, durante los siglos XII y XIII, partieron desde Europa occidental hacia Oriente Medio, con el fin de conquistar Tierra Santa y en particular la ciudad de Jerusalén, que se encontraban en manos musulmanas desde el siglo VII.

Tras la Primera Cruzada se establecieron tres estados cruzados en oriente: el Reino de Jerusalén, el Principado de Antioquía y el Condado de Edesa. Un cuarto estado, el condado de Trípoli se creó en 1109.